mar. 26, 2020

El mercado evoluciona hacia paquetes de productos integrados con teleasistencia y salud digital, con el objetivo de poder gestionar la asistencia sociosanitaria. En el futuro, se necesita que los sistemas dedicados a los cuidados se reorienten para garantizar la sostenibilidad, la calidad y la adecuación a las expectativas de la ciudadanía, con un enfoque integrado, preventivo y proactivo.

Las empresas del sector tenemos que lidiar con otro desafío importante: la tecnología debe ser lo menos intrusiva posible. Tenemos que valorar la proporcionalidad entre la disminución del grado de intimidad y el beneficio obtenido. A su vez, deben garantizar un muy buen nivel de seguridad.

En cuanto a la teleasistencia, el reto más inmediato al que nos enfrentamos es la puesta en marcha de un servicio avanzado homogéneo en España. Actualmente, el servicio está muy fragmentado: antiguos modelos de telealarma conviven con modelos de atención personalizada, que incluyen un amplio abanico de soluciones tecnológicas y programas complementarios. A esta heterogeneidad, sumamos los diferentes modelos de gestión: desde la prestación en exclusiva por ayuntamientos y diputaciones hasta la centralizada desde los gobiernos autonómicos que, en ocasiones, convive de forma paralela y duplicada. Todo ello, da lugar a diferencias en precio, en la aportación económica del usuario y en la respuesta que cada ciudadano recibe. Se hace urgente implementar un modelo unificado y avanzado de teleasistencia.

Las tecnologías de aplicación a los servicios públicos de atención a las personas deben responder a los conceptos de usabilidad, accesibilidad y sostenibilidad, pero sobre todo deben preservar la intimidad, la privacidad y la dignidad de las personas. Detrás de la tecnología siempre debe haber profesionales.

Finalmente, con la digitalización y la implantación de la teleasistencia avanzada se generarán más datos. Su administración y aprendizaje pueden llevarnos a prevenir, predecir y contener situaciones de riesgo sociales y sanitarias, así como coordinar mejor los recursos. Se requiere un marco ético para regular el buen uso de estos datos y preservar la seguridad de la información y la protección de datos de carácter personal, lo que debe ser acreditado en los contratos de servicios públicos.

Balance Sociosanitario ejerce un papel influyente de gran importancia para el futuro del nuestro sector y es un punto de encuentro de todos los actores. Resulta necesario que siga ejerciendo este papel de altavoz del sector sociosanitario, combinado con un periodismo de calidad.

Ver publicación: Balance Sociosanitario, número 100 (Pág 76). https://online.fliphtml5.com/vizwj/iuzx/#p=76