abr. 21, 2020
En estas últimas semanas se ha visualizado, desde multitud de medios, la importancia del papel que juegan los servicios sociales y de atención a la dependencia siempre, pero especialmente en esta terrible crisis que afecta sobre todo a las personas más vulnerables, aquellas que son objeto permanente de sus cuidados. Las cifras son demoledoras, el 87,5% de las personas fallecidas por coronavirus tienen más de 70 años, según el informe de la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica.
Desgraciadamente, no todas las noticias han sido justas con un sector constituido, en su inmensa mayoría, por profesionales comprometidos y comprometidas que se están dejando la piel sin apenas protección, en una situación realmente crítica, para mantener unos servicios que son indispensables para las personas mayores y en situación de dependencia. Se trata de residencias, centros de día, ayuda a domicilio y teleasistencia; servicios que trabajan a destajo con mucho valor y una buena dosis de ánimo.
Tunstall Televida quiere homenajear a todos y todas las profesionales del sector. Gracias por seguir ahí, somos esenciales para las personas que atendemos y también para sus familias, lo sabéis y esa es nuestra fuerza para seguir afrontando esta difícil situación.
El confinamiento nos ha aislado a todos y todas, pero mucho más a aquellas personas que ya se encontraban en situación de soledad no deseada, ya que el entorno se ha vuelto inaccesible, mucho más hostil. Muchas de estas personas tienen un botón rojo que hoy cobra más fuerza que nunca porque se mantiene encendido y activo para más de un millón de personas en toda España, gracias a miles de profesionales, teleoperadores y teleoperadoras, técnicos de unidad móvil, de instalación y mantenimiento, de almacén, personal de coordinación y supervisión y toda la estructura administrativa y de gestión que les da soporte.
Estos profesionales continúan recibiendo y emitiendo llamadas para proporcionar información y tranquilidad, recibir consultas, acompañar, detectar situaciones de riesgo, atender emergencias, acudir a sus domicilios para atender caídas o cubrir necesidades básicas, movilizar y coordinar intervenciones de otros recursos y también colaborar en la descongestión de los servicios de información sanitaria y de urgencias. El botón rojo, en definitiva, conecta a las personas con su entorno y con una comunidad que, ahora, está más alejada que nunca.
Siempre nos hemos sentido orgullosos y orgullosas de nuestra misión, pero hoy ese compromiso es el que nos mantiene con ánimo y nos da el valor necesario para continuar.
Fuente: Balance Sociosanitario, https://online.fliphtml5.com/vizwj/jpbw/#p=59
